«Necesitaba urgentemente perdonar»

San Josemaría enseñó que ante una ofensa, la respuesta debía ser: perdonar siempre, desde el primer instante y rezar por las personas que habían ofendido. El mensaje de Cristo sobre el perdón fue revolucionario en su momento y lo sigue siendo ahora, como en el siguiente favor.

«Necesitaba urgentemente perdonar». Novena a san Josemaría para aprender a perdonar

Hace un par de años, me vi enfrentada a una situación bastante difícil. Me quedé sin empleo y viví una desilusión enorme que llenó de mucho rencor mi corazón. Y la solución a ambas situaciones llegó a mi vida gracias a la intercesión de san Josemaría.

En cuanto a la situación laboral, pasaba por un momento difícil para poder conseguir empleo puesto que mi visa de residencia no había sido aún aprobada y en cada sitio me exigían tener la documentación resuelta. Un día, saliendo de Misa, encontré sobre la bandeja de la salida, un pequeño librito de la Novena del trabajo a san Josemaría. La tomé y entendí que había sido puesta en mi camino. Hice la novena y al tiempo conseguí un gran empleo fijo, en el cual no sólo me aceptaron y dieron las facilidades para resolver mi situación de visado, sino que además me permitió crecer profesionalmente y hacer bonitas amistades. Estoy enormemente agradecida por esa bendición recibida.

En cuanto a la desilusión vivida, necesitaba urgentemente perdonar. Había escuchado que el proceso es difícil y puede demorar muchos años, pero en búsqueda de la ayuda conseguí la Novena del perdón de san Josemaría. Hice la novena y pedía no solo que mi corazón sanara, sino también por la conversión de la persona que me lastimó. Entre las oraciones, decidí entregar todas mis peticiones al Espíritu Santo según la voluntad del Padre. 

Portada del libro electrónico «Novena a san Josemaría para aprender a perdonar»
Portada del libro electrónico «Novena a san Josemaría para aprender a perdonar»

Con el tiempo, casi sin darme cuenta se fue desvaneciendo todo el rencor, al punto que, en menos de un año mi corazón estaba completamente libre de dolor. La persona que me había lastimado inicialmente no tenía idea del dolor que me causó, pero pasado un tiempo (ya yo había perdonado), me buscó para pedir perdón. Caí en lágrimas al recordar cuando le entregué todas estas peticiones a Dios y al ver que atendió mis ruegos.

He vivido miles de cosas, pero vivir el perdón, creo que es la experiencia más hermosa que he vivido. Y esto solo ha sido posible gracias al Gran Poder de Dios con la intercesión de san Josemaría. ¡Infinitamente agradecida!

M. S. - Chile


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